La sucesión testamentaria es un procedimiento legal para definir el nuevo estatus/traspaso de los bienes de una persona que fallece. Ya que, el proceso de sucesión testamentaria no implica directamente que sus familiares herederos recibirán dichos bienes automáticamente.
Sin embargo, si todos los herederos son capaces, mayores de edad y no existen problemas entre ellos, pueden acudir con un notario para abrir el proceso de sucesión testamentaria.
Por otra parte, este trámite involucra un procedimiento sucesorio. Es decir, además de determinar quiénes son los beneficiarios (herederos), debe precisarse el número y valor de los bienes. Asimismo, se deberá estar al corriente con los pagos de las deudas que existan. Todo ello, con el fin de llevar a cabo la distribución del saldo de la herencia entre los beneficiarios.
Para solicitar el procedimiento de sucesión testamentario es imprescindible, en primer lugar, contar con el testamento. Documento mediante el cual, una persona designa ante un notario a las personas que a su fallecimiento serán dueños de sus bienes y propiedades.
Cuando existe el testamento, los bienes/posesiones del testador, al momento de fallecer, son transferidos de acuerdo con sus deseos. De lo contrario, si no existe un testamento, los interesados en heredar deben solicitar un juicio de juicio de sucesión intestamentaria.
Por otra parte, es necesario ubicar el albacea, es decir, la persona encomendada a cumplir cabalmente la voluntad del testador. Siempre y cuando, dicha voluntad se encuentra plasmada en un su testamento. Las funciones básicas del albacea son formular el inventario y administrar los bienes de la herencia hasta su entrega.
El procedimiento legal para recibir una herencia a través de sucesión testamentaria implica el desembolso mínimo de 15 mil pesos. Los cuales corresponden a gastos legales y procesos notariales. Además, se debe considerar el pago de impuestos, que dependerán del número y tipo de bienes heredados.