Recordemos que, la recaudación fiscal estáestablecida en la constitución política mexicana. En la cual, se establece la obligación de todo ciudadano de “contribuir para los gastos públicos”. Esto es posible a través de un conjunto de gravámenes, impuestos y tasas que los ciudadanos deben pagar.
Un crédito fiscal es el ingreso que tiene derecho a percibir el Estado en sus funciones de derecho público. Específicamente, que provenga de contribuciones, aprovechamientos o de sus accesorios.
En este sentido, las contribuciones mediante el pago de impuesto para sufragar el gasto público, es una obligación constitucional. Y, a pesar de que la determinación de la base tributaria depende de las especificaciones de cada impuesto, tienen algo en común: la creación de un crédito fiscal a cargo del contribuyente.
Estas contribuciones, legalmente, están conformadas por:
- Aportaciones de seguridad social.
- Mejoras.
- Derechos.
Los aprovechamientos también son créditos fiscales, que se suman a estas contribuciones y a los ingresos derivados de financiamientos. Además de los que obtengan los organismos descentralizados y las empresas de participación estatal.
No cumplir con las obligaciones fiscales es un riesgo considerable para los contribuyentes. En caso de ser detectadas, el contribuyente puede ser objeto de multas o embargo de bienes.
En este sentido, el SAT realiza diversos programas y proyectos tendientes a la recuperación de recursos de la recaudación fiscal. Siendo la cancelación de créditos fiscales una parte de dichos proyectos.
Por otra parte, el SAT posee un modelo de riesgos. En el cual, tener créditos fiscales cancelados es, por sí mismo, una calificación negativa en el riesgo del contribuyente. Y, en consecuencia, será considerado como tal en los diferentes trámites que se llevan a cabo en el SAT. Por otro lado, pueden formar parte del Buró de Crédito.
En este sentido, no es recomendable tener deudas fiscales. Por el contrario, estar al corriente con tus obligaciones tributarias te ofrece grandes beneficios.